Margarita, tu significado es Perla, y fuiste perla que al cobijo de la ostra que te protegía te fuiste formando poco a poco, redondeando tu existencia y nacarando un panorama que el futuro te prometía tentador. Sin embargo, el destino no permitió que tu tamaño ni forma completaran su ciclo, no dejó que el cultivo natural de tu existencia llegara más allá de la madurez y alcanzara la perfección que toda perla busca.
Hoy, la ostra llora su ausencia, con desesperanza y tristeza ve y siente como la mano del destino arrebata a su perla, a su Margarita.
Quizá no sabe, que nuestro Dios le da elegido ese camino para que su belleza se perpetue en la eternidad de Su Gloria, engarzada en las nubes del cielo, adornando con gracia y sonrisas nuestro firmamento; o formando parte del collar de perlas invisibles que se lucen en el corazón de las ostras que han corrido la misma suerte.
No fuiste Margarita una perla imperfecta, ni gris ni opaca; fuiste siempre una perla redonda, nacarada y blanca que la ostra mostraba con orgullo y presumiendo siempre de haberte cultivado de la mejor manera, cubriéndote de los riesgos y tempestades que existen en el mar de nuestras vidas. Pero como pasa… siempre hay una fuerza externa que se contrapone a la seguridad y a todo, esa fuerza se venció hacia el lado de la desgracia y ha robado a la ostra… su perla; que ya en el cielo ha recuperado para sí, de aquel ladrón llamado infortunio.
Ostra… recuerda siempre y ponte el collar invisible, donde tu perla lucirá siempre sobre tu corazón y, que Dios te de la dicha del consuelo.
Para: Ana María Lobato Meza
