Hoy se hermosea la capital,
con belleza mexicana;
dando sin igual jarana,
su concurso tradicional.
Certamen de la hermosura,
y con premios atractivos;
los padres muestran altivos,
a sus hijas con guapura.
Pareja siempre es la justa,
con honorable jurado;
suman votos con cuidado,
aquéllas que más nos gusta.
Amigos y familiares,
la banda del chile frito;
los cohetes y toritos,
echan porra en sus cantares.
Con pancartas y sus mantas,
animan a su aspirante;
que con presencia elegante,
presume ante gente tantas.
Debe ser adolescente,
la que se sienta bonita;
aquélla que el barrio invita,
o la que apoya la gente.
Una vez todas inscritas,
empiezan a hacer campaña;
belleza y gracia acompaña,
a todas las jovencitas.
En vestidura regional,
su cultura y aptitudes;
muestra todas sus virtudes,
vestidas de noche y casual.
Y todo en bella verbena,
feliz eligiendo una flor;
Chilpancingo con su amor,
elige su nochebuena.
La que ha quedado primero,
es bella flor que engalana;
de la feria, soberana,
entre diciembre y enero.
La reina de tradiciones,
del pendón y del porrazo;
de los charros con su lazo,
del palenque y sus canciones.
De concursos, loterías,
mecánicas atracciones;
nacimientos, atracones,
de las danzas y alegrías.
La venta de fruta seca,
ropa, talabartería;
calzado y la platería,
los juguetes, la muñeca.
Restaurantes con pozole,
de antojitos mexicanos;
vamos todos los hermanos,
al fiambre y al rico mole.
Se nos olvida la pena,
todo unido en una fiesta;
la feria de Chilpancingo,
con su Flor de Nochebuena.