La primera vez que tu amor me lo entregaste,
cuando temblando entera estabas por hacerlo,
y de todo en tu cuerpo por hacer me lo dejaste,
que finalmente termine por conocerlo.
Fue algo que jamás olvidaría,
tu, temerosa e indecisa estabas,
fue una atracción natural que nos unía,
y otra fuerza del amor que nos juntaba.
El principio de todo fueron besos,
después de los besos, las caricias,
que hicieron a nuestros cuerpos ser los presos
del placer, del amor y sus delicias.