Miro tu sonrisa feliz, enamorada,
miro el brillo de tus ojos soñadores;
no quiero pensar en el deshoje de tus flores,
no quiero pensar que de pronto existirá la nada.
Leo tus frases de ilusiones tantas,
leo tus labios que en silencio gritan;
y los callo con los míos que tiritan,
por el miedo de perderte pues me encantas.
Vives un presente sin futuro,
si es por falta de amor sigue viviendo;
yo contigo el presente más entiendo,
pues por esa ausencia también vivo, te aseguro.
Ese andar incierto de locura,
no lo alivia nadie sólo el tiempo;
y esa medicina es el destiempo,
y beberla pronto, no me apura.
Sin embargo la eternidad es de los dioses,
y también de los locos que aman tanto;
aunque de amor se ahogan con su llanto,
perdura el “te quiero” de sus voces.