Dime qué hacer ante tu real partida,
si todo por hacer te lo has llevado;
y dime por el cual equivocado,
pago la culpa de sufrir en vida.
Desfalleciendo por mortal herida,
mi corazón se muere desangrado;
el sentimiento está desconsolado,
y sola el alma, compasión inspira.
Cabizbajo, con el mirar al suelo,
van cayendo despacio… suspendidas,
las lágrimas que sirven de consuelo;
ante tantas promesas incumplidas,
¡ya me he cansado de mirar al cielo,
sin indicio de súplicas pedidas!.